La cesta est� vac�a

SALA ULTRAMAR SON

MERTXE AGUILAR DIRECCIÓN ARTÍSTICA BEGOÑA PALAZÓN GESTORA CULTURAL JULIA VICARIO RESPONSABLE DE TAQUILLA JOSÉ RAMÓN PÉREZ TÉCNICO DE SALA GUADALUPE SÁEZ RESPONSABLE DE PRENSA

 

MANIFESTO DE LA SALA ULTRAMAR

 
 
 
La Sala Ultramar nace con la voluntad de ver cumplido el sueño de muchos valencianos: Abrir las puertas de un Gran Teatro de la Ópera Sumergible, cuyo uso sea el de cobertizo para las más íntimas y valientes celebraciones artísticas.Un diminuto gran teatro que sea a su vez buque y puerto, astillero para el llanto y jocoso desguace, torre vigía y fragata pirata, albatros sin vértigo y submarino de tesoros abisales, playa para el desembarco y cabildo para náufragos de todos los pelajes.
La Sala Ultramar acogerá: El teatro de la palabra y el del mudo aspaviento de ahora y de siempre, la comedia severa, el cabaret de lo sublime, dramas post-urbanos y vodeviles psicalípticos-rurales. Danzas pre-colombinas, retablos post-dramáticos, zarzuelas de la tundra y la más atrevida oferta de pornográficos auto-sacramentales En definitiva: todo tipo de piezas en las que el público salga del teatro con agujetas en el corazón, en el espíritu y con hambre de nuevas tempestades.
La Sala Ultramar ha abierto sus puertas para la actividad de tienda de ultramarinos cuando en el fondo le correspondería haber solicitado la de cajón de sastre… Financiada por empresas multinacionales que cesaron su actividad antes de que se construyera el Canal de Panamá, es regentada por dieciséis muy salaos patrones, que no le hacen ascos al vino y que han prometido no discutir en alta mar, ni cuando baje la marea… La Sala Ultramar es un puerto en el corazón de Valencia y al mismo tiempo un velero en medio de todas las aguas internacional. Su lonja, de la que cuelgan de sus tejados gárgolas que escupen el agua hacia adentro, está liberada del pago de todo tipo de aranceles ideológicos, estéticos y morales.
Quedan abiertos desde hoy los escotillones de esta morada, donde perpetrar desde sus camerinos y camarotes, revoluciones íntimas, inmersiones éticas y subversiones sociales… ¡encendamos ya, las luces de esta descerebrada verbena de ultramar!