La Sala Ultramar nace con la voluntad de ver cumplido
el sueño de muchos valencianos: Abrir las puertas de un Gran Teatro de la
Ópera Sumergible, cuyo uso sea el de cobertizo para las más íntimas y
valientes celebraciones artísticas.Un diminuto gran teatro que sea a su vez buque y
puerto, astillero para el llanto y jocoso desguace, torre vigía y fragata pirata,
albatros sin vértigo y submarino de tesoros abisales, playa para el desembarco
y cabildo para náufragos de todos los pelajes.
La Sala Ultramar acogerá: El teatro de la
palabra y el del mudo aspaviento de ahora y de siempre, la comedia severa, el cabaret de lo
sublime, dramas post-urbanos y vodeviles psicalípticos-rurales. Danzas pre-colombinas,
retablos post-dramáticos, zarzuelas de la tundra y la más atrevida oferta de
pornográficos auto-sacramentales En definitiva: todo tipo de piezas en las que el
público salga del teatro con agujetas en el corazón, en el espíritu y con
hambre de nuevas tempestades.
La Sala Ultramar ha abierto sus puertas para la
actividad de tienda de ultramarinos cuando en el fondo le correspondería haber solicitado la
de cajón de sastre… Financiada por empresas multinacionales que cesaron su actividad
antes de que se construyera el Canal de Panamá, es regentada por dieciséis muy salaos
patrones, que no le hacen ascos al vino y que han prometido no discutir en alta mar, ni cuando baje
la marea… La Sala Ultramar es un puerto en el corazón de Valencia y al mismo tiempo
un velero en medio de todas las aguas internacional. Su lonja, de la que cuelgan de sus tejados
gárgolas que escupen el agua hacia adentro, está liberada del pago de todo tipo de
aranceles ideológicos, estéticos y morales.
Quedan abiertos desde hoy los escotillones de esta morada, donde perpetrar desde sus
camerinos y camarotes, revoluciones íntimas, inmersiones éticas y subversiones
sociales… ¡encendamos ya, las luces de esta descerebrada verbena de ultramar!